lunes, 22 de febrero de 2010
La primera tecla
El erotismo de lo prometido
Pankeke sonoro
Quim comprimido
Prisioneros del amor
viernes, 19 de febrero de 2010
La locura que me prometiste
Ramón Andreu
THE MAGNETIC FIELDS 69 love songs (Pias, 2000)
(Mejor disco de la decada según el programa de radio Sonorama)
miércoles, 17 de febrero de 2010
Mis problemas con Kate
martes, 16 de febrero de 2010
La mejor gala de los Goya, que tampoco es decir mucho...
viernes, 12 de febrero de 2010
Brandenburgo directo a nuestros corazones
La opereta de Stephin
miércoles, 10 de febrero de 2010
Dos realidades y media que parecen tres
Este podría ser el escueto resumen de los dos primeros capítulos de la ultima temporada de Lost, titulado Aeropuerto Internacional de Los Ángeles. El fundido en blanco de la explosión final de la quinta temporada se convierte en un cielo con nubes de algodón que posteriormente se ve desde el interior de vuelo 815 de Ocenic, y ahí está Jack, pero no, esta vez, tras guardarse la botellita de whisky en al chaqueta, las turbulencias no preceden a la rotura del aparato en dos. El vuelo continua como sí tal cosa, la isla está bajo el mar y los personajes interactúan entre ellos, no recuerdan su pasado, aunque se suenen... los próximos flasbacks irán por ahí, revelándonos que les hubiera pasado si la isla no hubiera entrado en sus vidas, aunque todo tiene esa hipnótica e inquietante atmósfera de que en cualquier momento algún personaje misterioso haga saltar todo por los aires... Y la segunda realidad que parecen dos, es un mundo donde la explosión parece que no ha funcionado, todos siguen en la selva, Juliette ha muerto, nuestros chicos se mudan a un templo no muy hospitalario y en la playa un misterioso Locke resucitado induce a Benjamin Linus para que mate a Jacob. Estamos cuatro años después del accidente, la explosión no ha funcionado y todo indica que se esta preparando un batalla final de magnitudes épicas entre el bien y el mal de aquí te espero. Lo dicho, dos realidades en una (veremos cual se impone) y 16 capítulos por delante de aquí a Junio para dejarnos los dedos sin uñas.
martes, 9 de febrero de 2010
Descubrimiento Nui: entre lo Kitsch y lo horrendo
lunes, 8 de febrero de 2010
La pareja de la casita en la playa
El ángel y las siete trompetas
Olivier Messiaen estrenó en 1941 su obra Cuarteto para el fin del tiempo ante una audiencia de prisioneros y vigilantes. No, no fue de visita a la cárcel, el también era uno de los 5000 prisioneros de guerra que estaban recluidos en Silesia. En cuanto supo de la presencia de tres compañeros músicos en los barracones (chelo, clarinete y flauta), se animó a componer esta pieza (con piano imaginario al principio, ya que no disponía de él mientras creaba la partitura) cargada de religiosidad, inspirada en el apocalipsis (ángeles, siete trompetas, pájaros, Dios) y que por supuesto, aunque buscara metáforas intelectuales y bíblicas para maquillar la realidad, aquí de lo que se estaba hablando era del fin del hombre, de lo absurdo de la guerra, de lo terrible que podía llegar a ser el sufrimiento humano, de su propia experiencia, de su propio dolor. Las partes más emocionales de la obra son la quinta y la octava, donde el chelo y la flauta lloran desconsoladas de tristeza, el resto, se nos muestra más descriptivo, dibujandonos el paisaje del fin del mundo... océanos abiertos, pájaros anunciadores... Minimalista y free por momentos. Sesudo y con alma al mismo tiempo. Político y personal. Contemporáneo.