martes, 2 de febrero de 2010

La felicidad después del dolor


La tercera película de Darren Aronofsky, El Luchador (2008) nos devolvió a un Mickey Rourke grandioso (que pena que no se llevara el Oscar que todos dábamos por sentado), hundido en la miseria más humana. Luchador de lucha libre en las ultimas, vieja gloria de los 80, con la cara hecha una mierda, el cuerpo destrozado por los anabolizantes, y la autoestima pisoteada en el Ring, Randy the Ram, que así se llama el sujeto, nos sobrecoge desde el primer momento con esa dificultad que exhibe para andar, hablar, comunicarse y expresarse, propia de los seres que ya dicen todo lo que tiene que decir con sus actos. El personaje se ve en la obligación de intentar dejar su mundo por problemas de salud, trabajando de más en un Supermercado cutre, acudiendo a tristes convenciones de Fans, soñando con dejar esa apestosa caravana en la que vive. Esta enamorado de un bailarina de Striptease que lo utiliza y hace muchos años que la relación con su hija es inexistente. La desesperación contenida tintada de rubio. Sorprende la sobriedad técnica en esta ocasión a manos de un director famoso por sus montajes post-modernos y sus movimientos de cámara mareantes, que los hay, pero en pequeñas dosis, aunque realmente no sorprende tanto, ya que ante este guión dramático y humano, lo más importante aquí es la historia, la historia de un padre que hecha de menos a su hija, de un ser que solo sabe hacer bien una cosa en la vida, luchar, y se lo quieren arrebatar. A destacar esa camaraderia de los compañeros de lucha en los vestuarios, el destripe de los entresijos de este deporte- espectáculo: todo es mentira, el dopping... sí, ya lo sabíamos, no nos chupamos el dedo, pero nos encanta que nos confirmen lo que siempre sospechamos... esa banda sonora jevi-ochentera (luego vino ese capullo de Cobain y lo jodio todo... los 90 fueron una mierda!!!), Marisa Tomei, tremenda (como actriz y como cuerpo) y ese toque que tan bien me indicó David que tiene esta cinta a lo primera parte de Rocky: la historia de un perdedor.

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