miércoles, 10 de febrero de 2010

Dos realidades y media que parecen tres


Este podría ser el escueto resumen de los dos primeros capítulos de la ultima temporada de Lost, titulado Aeropuerto Internacional de Los Ángeles. El fundido en blanco de la explosión final de la quinta temporada se convierte en un cielo con nubes de algodón que posteriormente se ve desde el interior de vuelo 815 de Ocenic, y ahí está Jack, pero no, esta vez, tras guardarse la botellita de whisky en al chaqueta, las turbulencias no preceden a la rotura del aparato en dos. El vuelo continua como sí tal cosa, la isla está bajo el mar y los personajes interactúan entre ellos, no recuerdan su pasado, aunque se suenen... los próximos flasbacks irán por ahí, revelándonos que les hubiera pasado si la isla no hubiera entrado en sus vidas, aunque todo tiene esa hipnótica e inquietante atmósfera de que en cualquier momento algún personaje misterioso haga saltar todo por los aires... Y la segunda realidad que parecen dos, es un mundo donde la explosión parece que no ha funcionado, todos siguen en la selva, Juliette ha muerto, nuestros chicos se mudan a un templo no muy hospitalario y en la playa un misterioso Locke resucitado induce a Benjamin Linus para que mate a Jacob. Estamos cuatro años después del accidente, la explosión no ha funcionado y todo indica que se esta preparando un batalla final de magnitudes épicas entre el bien y el mal de aquí te espero. Lo dicho, dos realidades en una (veremos cual se impone) y 16 capítulos por delante de aquí a Junio para dejarnos los dedos sin uñas.

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