
martes, 30 de marzo de 2010
En la bañera con Xiu Xiu

jueves, 18 de marzo de 2010
Ferré salvaje
Esta tarde he estado leyendo algunas reseñas sobre Providence. Es sorprendente la cantidad de veces que se menciona la palabra realidad, aunque se comprende porque en sus páginas, en su método y en su visión sobre un mundo en ruinas, la realidad de Providence siempre está en duda, ya sea a causa de las drogas, o por un videojuego o simplemente por el delirio que conllevan los excesos. Y es coherente, hoy en día. Algunos científicos han propuesto la teoría de que el mundo podría ser una computadora y que nuestra partícula elemental es en realidad el bit de información; otros han dicho que nuestra realidad podría ser una gran virtualización llevada a cabo por una megacomputadora instalada en alguna mega astronave y corrida por un dios -un adolescente cualquiera, quizá- que nos estudia, y luego toma a los personajes más interesantes para correrlos en otra virtualización, lo más cercano a la reencarnación que he leído últimamente; y Juan Francisco Ferré propone ahora que la realidad puede ser una película, o que al menos nuestra visión y nuestra sensibilidad han sido tan modeladas por la pantalla que nos resulta difícil distinguir ya entre la sinceridad espontánea y el gesto mediado por la tecnología y la imagen. Cuando un adolescente en una ciudad cualquiera grita shit! o fuck! estamos exactamente ante un fenómeno de esa naturaleza. Y Álex Franco es un personaje equívoco en todo momento; aunque se muestra tan irónico y escéptico frente a la cultura americana, su ironía y sus ideas son un producto nacido precisamente de esa cultura, así que nunca termina por ser enteramente irónico o divertido. Sus gestos, mediados por el cine y por las drogas, no son sinceros y uno presiente, desde muy temprano en la novela, que esa falta de sinceridad (podría decir falta de humanidad), es el destino fatal de Franco. Cuando uno lo piensa es incluso divertido atestiguar el esfuerzo de Franco por ser divertido o irónico; lo segundo lo logra Ferré, pero no Franco. Y por lo mismo es Álex quien constantemente tiene que explicarnos que estaba siendo irónico o divertido porque en sus diálogos en realidad nunca lo es.Volviendo a las reseñas que leí, me pareció que con esa mención a la realidad convencional del realismo, por así decir, se ha querido también resaltar la distancia que existe entre esta novela y lo que dejó atrás. La mitad de eso es cierto, porque tanto en España como en México existió una serie de novelas tipo Corín Tellado que llevaron la idea del realismo a su extremo más artificioso y aburrido. Providence, en cambio, es una maquinaria narrativa posmoderna comentada posmodernamente a la que no creo que se le vayan a aplicar nunca las preguntas tradicionales que se aplicaban a las novelas tradicionales. Y con toda razón. Como buena novela posmoderna, se dice -y esto ya es un lugar común, aceptémoslo- lleva en sí misma su crítica y su poética, y esto vuelve a este tipo de novelas simplemente infranqueables; su desmesura es tal que el comentario y la crítica hacia ella casi tienen la obligación de ser igualmente desmesuradas para poder sobrevivir; no puedes preguntarte por el personaje porque significaría que, de hecho, no estás comprendiendo la ironía, o cuando algo no te gusta o piensas que resulta excesivo pues resulta que en realidad esa era la intención, aunque uno no lo quiera aceptar. A lo que me refiero -y en estos momentos no estoy hablando precisamente de Providence- es que las novelas nacidas bajo el aura del post posmodernismo o del after pop, han dado pie también a una clase de comentario cultural o crítico en el que todo cabe y todo se puede sin que la coherencia sea estrictamente necesaria. Uno puede arrojar cien conceptos, cien nombres, cien referencias, y parece no existir ninguna contradicción, al contrario. Y soy sincero, a veces no entiendo un carajo.Comento esto porque mientras leía Providence algunas novelas me vinieron a la cabeza. Y se van a sorprender cuando diga cuáles. Durante la estancia de Franco en Providence comencé a pensar en esa saga de individuos atormentados por su propia personalidad y por sus propias y muchas veces equivocadas convicciones. En una de las mejores reseñas que he leído de Providence, René López Villamar menciona con cierto desenfado a James Wood, en el sentido de que Wood defiende una idea de realismo acartonada y nada afín a las propuestas del posmodernismo (o eso me pareció), pero Wood ha hecho la defensa justamente del individuo que vive plenamente en su propia realidad, una realidad convincente, no como género, sino como energía, que se expande al interior de todas las buenas novelas, posmodernas o no. La alienación de Franco me recordó la alienación de esos personajes sin nombre, como el hombre del subsuelo, de Dostoyevsky, o el hambriento y ambicioso personaje de Hamsun en Hambre, o el desquiciado y mentiroso fumador de Svevo. miércoles, 17 de marzo de 2010
El vampiro como metáfora teenager

viernes, 12 de marzo de 2010
Escuchando a una estrella

miércoles, 10 de marzo de 2010
A la caída del sol
La batidora sónica de Hidrogenesse

martes, 9 de marzo de 2010
Monk a la francesa

Mi ultima adquisición jazzística es este Monk in france (Riverside, 1961), la edición en CD incluye dos cortes del mismo concierto inéditos hasta ahora: Body and Soul y Crepuscule with Nellie. El cuarteto de Monk (Thelonious Monk al piano, Charlie Rose al Saxo tenor, John Ore al contrabajo y Frankie Dunlop a la batería) arrasó en Europa esa primavera (la grabación está fechada el 18 de Abril), otro concierto en Roma unos días después lo atestigua... Con un sonido óptimo y una combinación entretenida entre temas propios y estandars (ahí queda para la posteridad ese Just a Gigolo desestructurado y con un solo de piano juguetón), los temas se deslizan dentro de los parámetros de un be-bop de manual (estribillo-solos turnados-estribillo) pero se agradece su claridad melódica y esa energía tan cool del jazz improvisador pero sin pasarse. Y Thelonious como siempre: divertido, moderno y creando cosas donde parece que no las puede haber. Well You Need'nt bien merece una perilla. PD: La portada podría parecer fea en un primer momento, pero tiene su misterio y su elegancia. Este disco bien podría servir como primer acercamiento para neófitos al sonido del genio de la música moderna. Siempre Monk.
lunes, 8 de marzo de 2010
Los cuentos reunidos y el amuleto

viernes, 5 de marzo de 2010
Lo han conseguido
A pesar de que ya proliferan como setas blogs musicales aficionados, semi-profesionales y profesionales (no me lo explico) en esta España nuestra, con lo que la opinión se diversifica, bifurca y porque no, es sano también, se contradice, conseguir ser portada de la Rockdelux siendo una banda nacional sigue teniendo solera, porque el prestigio de la ( a menudo discutida) revista que nos abrió los ojos al mundo indie a la mayoría de los mortales no debería de tener discusión. Queramos o no, ellos marcan el tempo y los pasos a la hora de indicar cuando sube o baja tal o cual escena nacional y cuando un grupo progresa adecuadamente, a llegado a la cima, se ha estancado o se ha vendido, así han ido marcando la historia de la música española de calidad en los ultimos 25 años (los que tiene la publicación). Y este mes, para gozo de los que nos gusta soñar que la música española nunca acabará muerta por inanición, descubrimos a Los Punsetes en portada. Son la primera banda de esta nueva generación indie (fecha de nacimiento: circa 2006) que lo consigue, el primer artista en aparecer en ella fue El Guincho, todo empapadito él, y todavía no lo han logrado gente que se lo merece y que seguro que lo irá consiguiendo si no decae su creatividad en los próximos años: Joe Crepúsculo, Manel, Lidia Damunt, Manos de Topo... Los Punsetes ofrecen al Indie medio (post-universitario, 30 y algo, nostalgia por los noventa, 1000 gigas de sonidos guardaditos en su disco duro) lo que ellos reclaman ahora mismo: fiereza guitarrera 90s con momentos shoegazer, melodías pop, letras inteligentes en plan movida madrileña, minimalistas en los arreglos y que tengan ese toque generacional y post-moderno de las cosas del día a día, y sí a eso le sumamos una cantante con magnetismo y un toque de amauterismo intencionado, todo da por resultado a la gran esperanza blanca del pop-rock español de los próximos tiempos... lo que Grande-Marlaska nos racanearon por vagos, Triangulo de Amor Bizarro por cazurros y Klaus & Kinski por ñoños-ombliguistas. Lp2 (2010) está a punto de salir, ah, y la portada, sí, es de Joaquín Reyes. El reclutamiento

lunes, 1 de marzo de 2010
Madurez y dolor

Basterds de lujo

Todos los amigos del señor Murphy

El pasado fin de semana necesitaba huir. Huir física y mentalmente, coger el coche, conducir sin rumbo, ver luces, ver gente, tocar con la punta de los dedos la Alicante más urbanita y fría. La banda sonora perfecta para esta escapada fue el All my friends de LCD Soundsystem, canción incluida en el genial y metalizado Sound of Silver (2007). James Murphy fue el rey midas de los 00 en cuanto a sudor y lágrimas se refiere en la pista de baile: tecno, post-punk, funky, house, pop, rock, pasión, inteligencia, melomanía... y este corte es su dardo más certero (junto a esa lección titulada Losing my edge), un cruce bastardo e imposible entre el Heroes de Bowie y el Where the streets have no name de U2: épica sobre los amigos que ya no están y las noches de juventud que ya no volverán. Eterno... y plateado.
