viernes, 12 de marzo de 2010

Escuchando a una estrella


Vale, totalmente de acuerdo, Release the stars (2007) no tiene la magia del primer álbum de Rufus Wainwright, ni el misterio de la belleza perfecta de Poses (2001), ni siquiera el preciosismo instrumental de Want One (2003) y Want Two (2005), pero me niego a afirmar que es un mal disco. A todos los fans de la primera época nos pilló de bajona y con saturación mediática incluida, también influyó que Bjork se nos cayera como mito por aquellos días con el triste Volta (2007) y la verdad es que nos costó ver al principio este lp como algo más que dos o tres singles acertados. Pero el auntentico talento mejora con el tiempo como los buenos vinos ya que su poso de genialidad se queda ahí para el que lo quiera oír. El principal problema de este disco es que nuestro querido Rufus se encontraba en la encrucijada más importante de su carrera: era conocido, pero no masivo, respetado pero no vendedor, admirado pero no famoso. En este tramo del trayecto debía decidir si tiraba por hacer una obra personal, intimista, oscura y decadente (su Berlin) que nos extasiara a cuatro gatos o si bien por el contrario vendía su alma a la comercialidad más insultante y se nos quedaba como un Jamie Cullum resultón. Pues ni una cosa ni la otra, aquí vemos como nuestro hombre tiró por la tanjente ofreciéndonos un pastiche de todas sus caras (la rockera, la orquestal, la musical, la crepuscular) que ya aparecían en sus anteriores trabajos, de un modo más accesible que de costumbre pero sin llegar a bajarse los pantalones. Arreglos exquisitos y una producción muy seria lo evitaron. La tensión entre lo que pudo ser y finalmente fue se respira en sus sonidos.El Objetivo se cumplió: Rufus lo conoce hoy día hasta tu tía del pueblo, pero no se ve obligado por contrato a hacer un dueto con Lady Gaga en los Grammy, se ha situado como artista respetado-popular en un punto intermedio que salvaguardará su libertad creativa durante los próximos años. En cuanto a las canciones, la cara A es una sucesión de hits épicos que abruma y la cara B es más reposada y previsible. En su momento le pusimos un notable justito, pero con el tiempo y futuras escuchas Release the Stars se va a quedar como toda una exquisitez de pop adulto y sensible de uno de los genios de nuestro tiempo. Mi canción favorita: Tiergarten.




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