lunes, 1 de marzo de 2010

Madurez y dolor


Transformer (1972) tiene los hits y Berlin (1973) es su obra maestra indiscutible, pero a mí, a cada nueva escucha me esta gustando más y más, hasta el punto de convertirse en mi disco favorito de Lou Reed, este Magic and Loss (1992), madurez y dolor a partes iguales, un Berlin metafísico que nació a raíz del palo que fue perder a dos amigos por culpa del cáncer en el corto espacio de tiempo de un año. Álbum conceptual pues, que va narrando la historia de un amigo que se va y deja un vacio en el alma del tamaño de un camión (eso es de una letra del Ecstasy, 2000), vamos asistiendo de modo impasible a todo el terrible pero inevitable proceso: cuando lo diagnostican, las visitas al hospital, la muerte, el funeral, el analizarse a uno mismo y su propia vida, el recuerdo a ese amigo tiempo después a través de detalles mínimos como ese número de teléfono al que ya nadie contesta... cada canción como una puñalada terrible a la inocencia, humo y tumores, ironía descarnada y un canto a la magia y a la vida, un lp al que suelo volver una vez al año, cuando me quiero sentir transcendente e importante, cuando quiero pensar que estamos en este mundo para algo, para dejar aunque sea un insignificante legado. La espada de Damocles sobre nuestras cabezas...

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