lunes, 17 de mayo de 2010

El Tarantino de la pista del baile


LCD Soundsystem"This is happening"DFA / EMI

Murphymanía. Es imposible no bailar (o perder directamente la cabeza) con alguno de los hitazos que el capo del label DFA nos ha regalado a lo largo de ocho años de breve pero intensa historia. Tres discos después de que "Losing my edge" estallara en la pista de baile de medio mundo como una bomba de relojería, James Murphy anuncia que, quizá, este "This is happening" podría ser su último trabajo. Y la verdad es que lo entiendo. A Murphy el éxito de LCD le pilló mayor y con otras responsabilidades más urgentes para él. Más pendiente del buen hacer de DFA junto a Tim Goldsworthy, siempre he pensado que la maquinaria de LCD se le hacía muy cuesta arriba y que si esta inesperada fama le hubiera pillado con veinte años se hubiera comido con patatas fritas a The Kills en el puesto de best alternative band de Estados Unidos. Si es cierto que "This is happening" es de verdad el último trabajo de LCD Soundsystem, sólo Murphy lo sabe, pero, por ahora, volvemos a tener otra batería de hits imparables para poder alimentar la ruidosa maquinaria de esa bola de espejos que nunca puede parar. Como en "LCD Soundsystem" (DFA, 05) y "Sound of silver" (DFA-EMI, 07) los juegos de referencias de Murphy continúan estando muy patentes por todo el recorrido de "This is happening". Podríamos decir que mucho más que anteriormente. Por ejemplo, pon juntos su primer single, "Drunk girls", y el mítico "White light/white heat" de la Velvet Underground y juega a encontrar las diez diferencias... lo vas a tener difícil. Su escapada a tierras californianas no hace mella en la bola de espejos. Más neoyorquina que nunca, pero también muy berlinesa, como lo demuestran las fugaces apariciones de los espíritus de Reed y Bowie por la mayoría de los cortes (fusilada impresionante al "Heroes" del británico en "All I want"). Pero no sólo de la etapa berlinesa del rubio de ojos desparejados o la Velvet vive el imaginario de James Murphy. Por los cortes de "This is happening" aparecen los espíritus de Gary Numan ("I can change") o Roxy Music ("Somebody's calling me"). Pero cuando Murphy, como Tarantino, es capaz de destilar sus influencias hasta convertirlo en algo nuevo (y muy LCD) como ocurre en "Pow pow" (tema para todos aquellos nostálgicos de su primera etapa "Losing my edge" y "Yeah") o con "One touch" (seguramente, el tema más bailable escondido del disco), todos salimos ganando. Murphy sigue siendo un gran manipulador de nuestra memoria musical más festiva, un mago con cartas marcadas que siempre nos desarma con el mismo truco. Esperemos que éste no sea su último disco y que, al menos, se despida con un álbum de versiones. Estoy convencido de que será muy grande.

Manu González


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