lunes, 16 de noviembre de 2009

Primer premio


Con motivo de la elección por parte de la Rockdelux de ¡Olvidate de mí! (Michel Gondry, 2004) como la mejor película de la década que ya termina (totalmente de acuerdo, poniendo a Kill Bill 1 y 2 al ladito, por supuesto), me permití el lujo el pasado sábado de volver a ver por tercera o cuarta vez, creo, uno de los films más alucinantes de los últimos tiempos. Recuerdo perfectamente cuando salió esta película, esperada, subida a los altares al instante y con ese aura Kauffman, que hacia oro todo lo que tocaba y esa etiqueta, directores de videoclips: Jonze, Sofia Coppola... que provocaba la lógica complicidad con los indies y raritos del mundo. Yo todavía estaba trabajando en el videoclub, y la copia que tengo en casa esta algo desgastada y con kilometraje, ya sabéis, segunda mano baratita y gracias... me fascinó en un primer visionado, pero como creo que le paso a todo el mundo que la vio en su momento, pensé que en próximos visionados cogería detalles visuales y argumentales que se me escaparon en la primera vez. Y así fue. En esta ocasión me fijé mucho más en los efectos visuales que no han perdido en absoluto, ya que están entre lo artesanal y lo ultramoderno, el guión es de premio Nobel y los actores están inmensos, naturales y se nota que disfrutaron muchísimo haciéndola. Me percaté del gran trabajo de los secundarios, con esas historias que parecen mínimas y subterráneas pero que se desvelan importantísimas y reveladoras al final. Tampoco podemos olvidar el tono generacional que impregna la cinta, treintañeros que no saben, no recuerdan, no quieren acordarse de lo poco que han hecho con su insignificante vida hasta el momento y como los valores tradicionales: se bueno, se responsable, se honesto y todo irá bien... son tal chiste que ya no hacen ni gracia. La próxima vez igual le sacamos otras cositas de las que todavía no nos hemos dado ni cuenta...ah, lo del fregadero que aparece en la foto de arriba, tremendo y divertidísimo.

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