Este fin de semana terminé de leer la segunda novela que forma 2666, la más corta y misteriosa, La parte de Amalfitano, donde nos recreamos en la desastrosa, desasosegante y triste vida de un profesor universitario Chileno que da clases en la ciudad imaginaria de Santa Teresa y vive con su hija adolescente en una plácida zona residencial de las afueras. Este extraño personaje fue secundario en La parte de los críticos y aquí nos muestra sus penurias, terrores e incertezas: su loca mujer lo abandonó, tiene miedo por su hija ante los atroces crímenes de muchachas que asolan la ciudad, luego está ese libro de física que el no recuerda haber comprado y que sigue colgado del tendedero, arrugándose, mojándose, transpirando... es incapaz de amar a esa compañera de trabajo que tan claramente le tira los tejos... y luego está esa telúrica voz que le habla con demasiadas confianzas por las noches, y el hijo del rector, chulo, prepotente, fascistoide, una amistad incomoda pero necesaria... y ese sueño final con Boris Yeltsin bailando...Terror.
lunes, 16 de noviembre de 2009
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